La Fase del “NO”

La fase del “No”, a veces resulta desesperante pero debemos saber que no es más que una fase de autoafirmación de los niños. De los 2 a 3 años aproximadamente, los niños intentan desafiarnos, tomar el control y ser ellos los que pongan las normas, ellos lo intentan pero los padres debemos enseñarles en buen camino con cariño y paciencia para que no acaben siendo niños caprichosos y tiranos.
Si tu hijo está continuamente poniendo al límite tu paciencia, utilizando la negativa para todo lo que le pides, cambiando de idea a cada segundo sólo para llevarte la contraria, si tiene rabietas, etc. tranquilo/a, porque todo esto forma parte del desarrollo de un niño sano.

Mi hijo tiene ahora 4 años, hemos pasado una época muy larga y dura, ya no sólo por lo nervioso que es, sino también porque las rabietas eran demasiado exageradas y a veces violentas intentando pegarnos a los padres. Era muy frustrante ver cómo su alta impulsividad no le permitía controlarse y llegamos a pensar que podía tener algo de hiperactividad o algún trastorno relacionado con los nervios.

Esta etapa suele mejorar a partir de los 3 años, nuestro hijo empeoraba en vez de mejorar, en el colegio no controlaba su frustración e impulsividad llegando a pegar a los compañeros, él era consciente de que hacía mal pero sufría porque no sabía cómo dejar de hacerlo.

Durante este año hemos aprendido y cambiado mucho, cada niño es un mundo y aunque como Maestra me pase el día tratando con niños de características parecidas, cuando llegaba a casa me sentía perdida sin saber muchas veces cómo poder ayudarle. Así que comencé a empaparme de libros de todo tipo, de hiperactividad, educación emocional, terapias conductivas, etc. Incluso contactamos con una Psicóloga Infantil familiar de una muy buena amiga.

La clave es procurar entenderles, tener muuuucha paciencia y hablarles siempre con respeto y cariño igual que nos gustaría que nos hablasen a nosotros. Cuando los adultos nos sentimos mal por algo y alguien nos habla en un tono de enfado, no nos ayuda a sentirnos mejor, pero en cambio, si las palabras son en un tono agradable nuestro humor tiene más posibilidades de mejorar y sentirnos mejor. Con los niños es igual, si te pide un juguete en una tienda y le dices que no puede ser porque habéis ido a buscar algo que necesitáis y no es momento para comprar juguetes, seguramente se enfadará e incluso puede tener una rabieta. En ese momento, no debes sentirte avergonzado, estás enseñando a tu hijo a no ser una persona caprichosa y tirana, lo estás haciendo bien. Tú le has dado la explicación de hablándole en un tono amable y cariñoso, ahora él te va a mostrar que no está de acuerdo, es su forma de expresarlo, aunque se tire en el suelo y grite. Yo pienso, al que no le guste que se aparte! jejeje la gente tiende a criticar, juzgar y mirarte como si fueras una mala madre pero ellos no saben cuál es nuestra situación así que olvídate de la gente y confía en ti.

Muchos psicólogos y guías de educación dicen que en una situación así te vayas y te escondas, que el niño vea que te alejas. Con nosotros esto no funcionaba, nuestro pequeño ni se movía del sitio y no dejaba de llorar y gritar incluso en medio de la calle hasta que alguien le decía algo y entonces se levantaba por vergüenza. Con nuestro hijo funcionaba más el ignorar la rabieta, seguir haciendo lo que iba a hacer a la tienda y que el viera que la rabieta no le servía de nada.

Cuando dicen que “no” a cualquier petición tienen que ver la consecuencia. Por ejemplo, “¿Puedes ayudarme a llevar los tenedores a la mesa?”, “No, no quiero”, “Pues entonces no podrás comer, yo estoy haciendo la comida y los demás también debéis colaborar, si no ayudas a poner la mesa no tendrás plato”, no hace falta que insistas porque sino se acostumbran que vas a insistir varias veces antes de que haga caso, los padres os sentáis a comer sin poner su plato. le decís que cuando decida ayudar podrá comer con vosotros  y ya veréis como enseguida va a por sus cubiertos y pide comida, eso sí, que lo pida “por favor” Smile

Utilizar siempre frases amables, les hará sentirse mejor y más seguros para expresaros lo que sienten, os dejo algunos ejemplos:

- ¿Podrías ayudarme dándome las pinzas? Así acabaré más rápido y podremos jugar juntos más rato.

- Sé que no quieres ponerte el abrigo, pero en la calle hace mucho frío y puedes enfermar. Yo me pongo muy triste cuando estás malito, además, si hacemos los recados rápido podremos ir al parque un ratito, pero sin abrigo no podrás ir.

. Aunque no te apetezca recoger tus juguetes, yo creo que deberías hacerlo porque si pisas tus trenes puedes caerte y hacerte daño o incluso podrías romper tu tren favorito. ¿Si no quieres que suceda será mejor recogerlos?, ¿Qué tal si lo recogemos juntos como cuando tú me ayudas con las pinzas?

Seguro que se os ocurren mil ejemplos como estos, comentar vuestras situaciones y ejemplos que se os ocurran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te ha gustado? Tus ideas son bienvenidas :)